Colossians 1:5 Cross References - SE

⁵ a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos; la cual habéis oído ya por la palabra verdadera del Evangelio;

¹⁹ Cuán grande es tu bien, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!

¹⁹ No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; ²⁰ sino haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan:

³³ Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejecen, tesoro en los cielos que nunca falta; donde ladrón no llega, ni polilla corrompe.

³⁶ Dios envió Palabra a los hijos de Israel, anunciando la paz por Jesús, el Cristo; éste es el Señor de todos.

²⁶ Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada esta Palabra de salud.

⁶ Entonces Pablo, sabiendo que una parte era de saduceos, y la otra de fariseos, clamó en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo: de la esperanza y de la resurrección de los muertos soy yo juzgado.

¹⁵ teniendo esperanza en Dios que ha de haber la resurrección de los muertos, así de justos como de injustos, que ellos esperan.

⁶ Y ahora, por la esperanza de la promesa hecha por Dios a nuestros padres, soy llamado en juicio; ⁷ a la cual promesa nuestras doce tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan que han de llegar. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado de los judíos.

⁸ Mas ¿qué dice? Cercana está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe, la cual predicamos:

¹³ Mas ahora permanece la fe, la esperanza, y la caridad, estas tres cosas; pero la mayor de ellas es la caridad.

¹⁹ Si en esta vida solamente esperamos en el Cristo, somos los más miserables de todos los hombres.

¹⁹ Porque ciertamente Dios estaba en el Cristo reconciliando el mundo a sí mismo, no imputándoles sus pecados, y puso en nosotros la palabra de la Reconciliación.

⁷ en palabra de verdad, en potencia de Dios, en armas de justicia a diestra y a siniestra;

⁵ Porque nosotros por el Espíritu aguardamos la esperanza de la justicia por la fe.

¹³ En el cual esperásteis también vosotros oyendo la Palabra de Verdad, el Evangelio de vuestra salud; en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,

¹⁸ alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza de su llamado, y cuáles sean las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, ¹⁹ y cuál sea aquella supereminente grandeza de su potencia en nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza,

²³ si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del Evangelio que habéis oído; el cual es predicado a toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro.

²⁷ a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas gloriosas de este misterio en los gentiles; que es el Cristo en vosotros, la esperanza gloriosa,

¹⁶ La palabra del Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos e himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.

¹³ Por lo cual, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, de que habiendo recibido de nosotros la palabra para oír de Dios, la recibisteis no como palabra de hombres, sino (como a la verdad lo es) como palabra de Dios, la cual obra en vosotros los que creisteis.

¹⁶ Y el mismo Señor nuestro, Jesús, el Cristo, y Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio la consolación eterna, y la buena esperanza por gracia,

¹⁵ Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que el Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el mayor.

⁸ En lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que desean su venida.

² para la esperanza de la vida eterna, la cual prometió el Dios, que no puede mentir, antes de los tiempos de los siglos,

¹⁹ porque nada perfeccionó la ley, sino la introducción de una mejor esperanza (por la cual nos acercamos a Dios.)

³ Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo, que según su grande misericordia nos ha regenerado en esperanza viva, por la resurrección de Jesús, el Cristo, de los muertos. ⁴ Para la herencia incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse, conservada en los cielos,

² desead, como niños recién nacidos, la leche racional, y que es sin engaño, para que por ella crezcáis en salud,

¹⁵ sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder a cada uno que os demande razón de la esperanza que está en vosotros; y esto con mansedumbre y reverencia,

³ Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.