JBS(i)
28 Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo: Y a mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero no he venido de mí mismo; mas el que me envió es verdadero, al cual vosotros no ignoráis.
29 Pero yo le conozco, porque de él soy, y él me envió.
30 Entonces procuraban prenderle; mas ninguno puso en él mano, porque aún no había venido su hora.