JBS(i)
11 Pero no quisieron escuchar, antes dieron hombro rebelado, y agravaron sus oídos para no oír;
12 y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que el SEÑOR de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por mano de los profetas primeros; fue, por tanto, hecho gran castigo por el SEÑOR de los ejércitos.