JBS
(i)
24 El que de Acab fuere muerto en la ciudad,
los perros le comerán; y el que fuere muerto en el campo, lo comerán las aves del cielo.
25 (A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo delante de los ojos del SEÑOR; porque Jezabel su mujer lo incitaba.